27 abril 2011

Lullaby

Él descansaba.  Yo permanecí despierta, atenta a su respiración observándole... hasta que los primeros rayos del amanecer iluminaron su rostro. Le observé durante mucho tiempo y me pregunté si sabría hasta que punto le llevaba dentro. Entre él y yo era una cuestión de pertenencia, se que suena exagerado, pero no encuentro un modo mejor de expresarlo.
Miedo. Siempre acechante en el alma del ser humano me persigue por las calles, en sueños e incluso lo veo reflejado en el ascensor que todos los días me sube al infinto. ¿Qué puedo hacer para no pensar, para no sentir? ¿Para morir...?

10 abril 2011

Inmortal.

 Prometí pensarte y ya lo he interiorizado de tal manera que... ¿qué sería de mi vida sin tu pensamiento? Sería como haber estado ensayando toda la infancia para una función que nunca se llegará a representar. Ya no soy esa niña que soñaba mirando las orillas del Mediterráneo, ahora sé que ese sueño es real. En mi sueño hay un río, un río frío y suave que me arrastra hasta las mismas cuencas de tus ojos, tus labios, el eco de tu voz...
 ¡Ay! luna de plata, se que sientes celos de que yo pueda tenerle y las noches que no apareces se que es porque estás llorando de amargura. Luna, entiende que el ser humano no es perfecto, pero el amor sí y por ello nos convertimos en dioses, cegamos tus rayos lunares, somos inmortales.
Inmortales... aunque todo eso no lo sabe ni mi pulso, ni mi voz, ni mis piernas, ni mi cintura.... Solo lo supiste tú, aquella tarde en la llanura, cerca de la estatúa mármorea en donde te diste cuenta que con tan solo tocarme podias revolucionar no solo mi cuerpo, sino también mi alma ¡Mi alma bañada en ardura!