30 junio 2016

Como el torrente a la lluvia

Déjame entrar, a un lugar
dónde pueda calentarme.
Dónde el vapor de tus labios
se me suba a la cabeza.

Déjame entrar, y abrázame fuerte,
que te abrazaré yo también, 
con estas manos que son tuyas,
y quieren acariciar el torrente de tus venas.

Déjame entrar y no me sueltes 
durante los próximos cien años.

No más miedo a  envejecer sola,
ni a llorar con la puerta cerrada.
No más miedo a la gente, 
ni al veneno que nos echan.

No más miedo a la incertidumbre,
no más caras amargas.
No más desiertos inútiles, 
llenos de tormentas vacías. 

Déjame entrar y abrázame fuerte,
que yo te seguiré ,
como el torrente a la lluvia.




27 junio 2016

Viaje al País de Nunca Jamás: ida y vuelta.

"El período de la infancia determina nuestro futuro, especialmente cuando nuestro futuro está dedicado al arte o a los problemas internos del hombre" (Andrei Tarkovsky)



Recuerdo muy bien mi infancia, la recuerdo perfectamente porque fue uno de los períodos más importantes de mi vida. Las impresiones que pude recibir por aquel entonces fueron las que marcaron mi vida, toda mi vida adulta. Probablemente, sea la infancia la que haya marcado todas las actividades artísticas. 

El espíritu de la colmena de Víctor Erice




Yo fui una niña muy feliz, creativa, alegre, vivaz, cariñosa...una niña llena de esperanzas y de ilusiones que se vieron truncadas más adelante por el duro golpe de la realidad. Quizás ese toque nostálgico llegó mucho más tarde a mi vida  o al menos eso es lo que yo recuerdo. Y quiso quedarse mucho tiempo.

La infancia de Iván de Andrei Tarkovsky


¿He encontrado lo que buscaba cuando era una niña? Ahora mismo no puedo decir que lo haya encontrado, ya que cuando era niña tenía todas las posibilidades en mi cabeza, sentía que todo era posible, que tenía todo el tiempo y el espacio por delante, sentía que era inmortal.

En realidad, espero que mi infancia siga dentro de mí, cuando pienso que es posible que se haya ido para siempre, siento una gran tristeza. Aún puedo recordar con claridad las sensaciones que percibía, ya que el alma del niño es mucho más intuitiva. Puedo recordar como percibía con más claridad el olor de las flores, como me invadía una sensación de felicidad por besar la playa, como buscaba hadas, duendes y gamusinos por el jardín de la casa de mi prima, como me reconfortaba la presencia de mi padre cuando la muerte me acechaba por las noches, como veía a mi perro como un ser mitológico en el que podría salir volando algún día por la ventana y visitar el país de nunca jamás; ida y vuelta, como una caricia de mi madre me dejaba una sonrisa permanente y como me perdía en los cuadros y libros de arte de mi tío...y sobre todo como le eché de menos toda la vida.

La infancia de Iván de Andrei Tarkovsky

Recordar esas sensaciones me hacen sentir cariño y nostalgia a la vez.

 Quiero pensar que es parte de esa infancia la que todavía alimenta mi creatividad artística, tal y como le pasaba al maestro Tarkovsky.

Quiero pensar que solo por recordar todas aquellas sensaciones las puedo recrear en mi vida, en mi mente, en mi día a día.

Quiero pensar que no se ha evaporado del todo, porque sino no quedaría nada de magia en mi vida.