08 agosto 2016

Mis hojas crecen con tu voz evaporada

Cuándo el dolor del alma
me envuelve en la noche,
me apego a tus brazos
como una enredadera.

Dónde el silencio me oprime,
las hojas crecen con tu voz evaporada.

Cuándo el dolor del silencio
me acoge en la noche,
afino mis palabras
para que tú las oigas.

Dónde el silencio me oprime,
las hojas crecen con tu voz evaporada.

Y mis palabras me hieren,
dominando mi prosa cultivada.
Y mis palabras son tuyas,
transformando mi dolor
en una hiedra descontrolada.

Las olas aún las arrastran.
El viento aún las comprime.
Y sólo cuando tu voz
alimenta mis ramas,
puedo echar raíces
en tu cuerpo, en tu cama.

¡Por fin podemos ver
nuestras propias almas!