12 abril 2017

Poema n° 7

Mi vieja alma
me acuna por las noches,
me escucha en mis lamentos
me consuela en mis llamadas.

Mi vieja alma
bien conoce mis sufrimientos
son sus antiguas heridas,
son sus antiguas batallas.

¿Quién me espera
al otro lado de la puerta?

¿Quién respira
junto a mi ventana?

¿Quién seca mis lágrimas
aquellas noches insomnes, inacabadas?

Anoche hablé con mi vieja alma
sentada al borde de la cama,
la silueta recortada,
las arrugas arboladas.

Anoche vini a verme
mi vieja alma.
Hundida en mi pecho,
tendida en mi cama.

¡Qué difícil entenderla!

¡Qué cerca siento su calma!

Cuando parece que la entiendo,
se me escapa.
Cuando parece que la alcanzo,
se desvanece.
Dulce esperanza.

¿Quién me espera
al otro lado de la puerta?

¿Quién respira
junto a mi ventana?

¿Quién calma mi aliento,
el suyo, inacabado,
fruto de éste, mi tormento?